Todos somos entes políticos. Nuestras acciones tienen cierta carga ideológica aunque no reparemos en ello. Los políticos deben de preservar el bien común y corregir en lo posible las tendencias contrarias, y sus representados tenemos la obligación de velar, de vigilar siempre sus decisiones, sobre todo aquellas que vulneran la cohesión de la sociedad. Nadie es apolítico, otra cosa bien distinta es no participar activamente en política. Conviene tener los ojos bien abiertos.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Donde dije digo...
De un tiempo a esta parte el sr. Rajoy parece decidido a enmendarse, o tal vez todo sea fruto de las elecciones a punto de caramelo. Resulta que el Presidente en funciones, allá por el año 2007, siendo el Jefe de la Oposición, decía no creer en el cambio climático porque su primo José Javier Brey, catedrático de física en la Universidad de Sevilla, era escéptico al respecto, y que él tampoco lo consideraba el desafío más importante de los siguientes años. Estamos en 2015 y ahora nos dice que "Este es un asunto en el que estamos implicados todos, o será muy difícil y complicado luchar contra el cambio climático" y que "cuando uno se equivoca lo mejor es rectificar y yo he rectificado muchas veces en la vida porque me equivoco a menudo". Lástima que esa equivocación nos vaya a costar un dinero extra y que se hayan desaprovechado más de 6 años, en gran medida por los lobbies del sector energético, muy particularmente el de las petroleras -algo asumido y comprensible para un partido liberal y conservador, pero que no se entiende en otro social demócrata, lo que lo penaliza al no entender la ciudadanía el mimetismo con su oponente al abrazar intereses espurios sin disimulo- que esa y no otra es la verdadera razón del bandazo. Ayer lunes anunciaba en la cumbre COP21 de París una ambiciosa Ley de Cambio Climático con una batería de medidas que cuando menos llama la atención, si finalmente gana las elecciones del 20-D, claro está. Entre tanto, en estos últimos 4 años, el sr. Rajoy se ha encargado de darle la puntilla a las energías renovables porque eran muy caras, encarecían el recibo de la luz y se premiaba a quienes las utilizaban con primas inasumibles que hoy no solo se las han quitado, sino que los beneficiarios de entonces se ven abocados a hacer frente a un enorme desembolso para un particular, e incluso para empresas embarcadas en la aventura.
Una de las premisas para el necesario cambio de modelo productivo (verdadero lastre de la economía nacional) pasa obligatoriamente por una apuesta decidida de las energías renovables. Nadie dijo que ello fuera a salir gratis, por el contrario se requiere una fuerte inversión, salvo que queramos hacer de España un país con paro estructural del 17-18% según la CEOE. Hoy Alemania ha desbancado a España en energías renovables y es primera potencia en Europa. ¡Quién nos ha visto y quién nos ve! Veremos cuál es la siguiente rectificación de peso del sr. Rajoy, pues siempre tendrá la oportunidad de decir: Donde dije digo, digo Diego.
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