lunes, 24 de noviembre de 2014

España Cañí

  Si alguien anda estrujándose las neuronas para dar con un apellido que acompañe a la novedosa Marca España, yo pienso en una que ni pintada, la de Cañí, España Cañí; hasta suena bien, como la música del pasodoble de don Pascual Marquina. Me parece a mí con más recorrido que la escueta Marca España. El Gobierno no puede ir por esas tierras de Dios pregonando "los logros patrios" envuelto en esa especie de franquicia sacada de la chistera con tanto atrevimiento; sin embargo, sus logros serían bien acogidos como una muestra más de nuestra idiosincrasia, la de la España de pandereta y tomatada, la de la cabra despeñada, o esa otra que lo resume todo, la España Cañí.

  Tras haber asistido a espectáculos impagables como los supuestos sobresueldos en negro de la cúpula del PP, al borrado de discos duros de los ordenadores propiedad del sr. Bárcenas/PP, al registro de más de 12 horas en la sede de Génova por no facilitársele al sr. Ruz toda la documentación demandada, a la aparición de cajas B en varias sedes provinciales del PP, al conocimiento de que parte de las reformas de su sede central se pagaron en B, a la adquisición también en B de un importante paquete de acciones en la ampliación de capital de Libertad Digital -dechado de pluralidad informativa-, y sin que nadie con autoridad haya dado las explicaciones convenientes más allá de no constarles o de que la culpa fue del vino (sr. Bárcenas y anteriores gerentes/tesoreros), presenciamos ahora una especie de comedia bufa protagonizada por un jovencito conocido como el pequeño Nicolás. Don Francisco Nicolás Gómez Iglesias puede poner patas arriba los endebles cimientos patrios a poco que esta comedia evolucione hacia el género trágico.

  Confieso que como otros muchos españoles escuché con atención la entrevista del pasado sábado hecha al veinteañero en Telecinco. A pesar de todas las aclaraciones quiero seguir pensando en toda una invención por parte del protagonista. No obstante, hay cosas incomprensibles, difíciles de dejar arrinconadas al dar pie a infinidad de preguntas y reflexiones. ¿Por qué para detener a un presunto farsante se utilizan 3 vehículos camuflados correspondientes a policías de Asuntos Internos? ¿Cómo es posible que el joven saliera fotografiado junto a tantas personalidades políticas y en lugares tan significados? A un impostor se le hubiera desenmascarado en poco tiempo, no un lustro más tarde. Si hacía funciones de intermediación por su facilidad para relacionarse siendo al comienzo menor de edad, supuestamente se estaba infringiendo la normativa laboral, aunque él en ningún momento hablara de recibir dinero a cambio. El joven comentó que hacía un año de su colaboración con el CNI, ¿quién lo reclutó, tal vez el propio Centro a instancias del partido presidido por el sr. Rajoy, con el cual venía colaborando supuestamente en los últimos años? Si fuera cierta la historia de este príncipe destronado, ¿por qué de repente cae en desgracia? Sólo hay dos respuestas plausibles atendiendo a las películas de espionaje: bien el interesado se quiere desligar de la Organización por hastío, por considerar algunas de sus actuaciones "alegales"; o bien maneja mucha información sensible, más allá de la recomendable, al habérseles ido de las manos el asunto a los mandamases. Aunque también cabría un supuesto chantaje por parte de su colaborador, algo descartable si es cierto que no ha cobrado un euro por ir al plató del Canal.

  Como es habitual en nuestra querida España, of course, todas las instituciones u organismos señalados por el dedo han desmentido cualquier tipo de colaboración con el aventajado joven: la Corona -a pesar de un email que le invita a las celebraciones de proclamación como rey de S.M. Felipe VI, ojo, en calidad de acompañante-, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid -a pesar de los escoltas que le acompañaron en su viaje a Ribadeo-, Vicepresidencia del Gobierno -según él fue la sra. Sáenz de Santamaría quien le encargó la misión de sacar trapos sucios de ERC para desestabilizarlo, también quien le invitó al balcón de Génova para celebrar la victoria incontestable del sr. Rajoy en 2011.

  Repito que todo me suena a rocambolesco, a historia de película; pero, quién sabe, en ocasiones la realidad supera a la ficción. El tiempo lo desvelará. 

Las preguntas de la semana

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