Todos somos entes políticos. Nuestras acciones tienen cierta carga ideológica aunque no reparemos en ello. Los políticos deben de preservar el bien común y corregir en lo posible las tendencias contrarias, y sus representados tenemos la obligación de velar, de vigilar siempre sus decisiones, sobre todo aquellas que vulneran la cohesión de la sociedad. Nadie es apolítico, otra cosa bien distinta es no participar activamente en política. Conviene tener los ojos bien abiertos.
jueves, 26 de mayo de 2022
domingo, 1 de mayo de 2022
Figura más destacada de abril
No era difícil la elección para decantarse por el Sr. Núñez Feijóo como el protagonista más destacado de abril. Los sucesos acelerados de febrero pasado, acordes al perfil de su predecesor al mando del PP nacional, han dado paso a un cierto sosiego. En menos de un mes desde su entronización como presidente de los populares, el gallego ha desterrado el estilo bronco y navajero, o eso preetende, adoptando un estilo de estar más acorde a lo que se espera de un partido conservador homologable a los de su credo ideológico de la UE. Y es que las formas en política son casi tan importantes como el fondo. La República comenzó a naufragar cuando las groserías, los insultos y los discursos incendiarios se convirtieron en algo frecuente en el Congreso de los Diputados.
Nacido en 1961 en Orense, con sus sesenta años se convierte en el presidente electo más veterano en la historia de AP/PP, algo que llama la atención en estos tiempos de vértigos injustificados donde los líderes de las formaciones políticas son cada vez más jóvenes. Elegido por primera vez para regir los destinos de la Comunidad de Galicia en 2009, allí ha desempeñado la mayor parte de su carrera política a partir de mayorías absolutas consecutivas. Su virtud más acusada, haciendo caso de quienes le conocen bien, es que no da puntada sin hilo. Es un calculador nato, todo lo contrario a su predecesor, y siempre envuelto en una aureola de moderación. Si se mantiene en esa línea, sin pisar muchos charcos, es muy posible que se convierta en el próximo presidente de gobierno. No obstante, su talón de Aquiles será Vox, si como parece necesita de su auxilio para conquistar La Moncloa, algo que borraría de un plumazo su imagen de hombre tranquilo, y eso suponiendo que el PPE y la UE aceptaran de buen grado la entrada de la extrema derecha en el gobierno de España. El tiempo lo dirá.
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