lunes, 28 de marzo de 2016

La vida no vale nada, a veces

Pablo Milanés lo decía en una de sus canciones más celebradas. Y es que según el territorio golpeado por el terrorismo, sus víctimas tendrán más valor o ninguno. Los 35 muertos de Bélgica tienen mucha más trascendencia y peso que los 72, (17 de ellos niños) hace unas horas en Pakistán. Así que la vida de estas 72 víctimas no vale absolutamente nada en la conciencia de Occidente, por la sencilla razón de que los medios de comunicación hablados y escritos así lo quieren y a la población no le preocupa. Tampoco conmocionaron en Europa los 125 alumnos asesinados en aquel mismo país en 2014 por los más extremistas del Islam. ¿Y si aquel atentado se hubiera perpetrado en Viena, por ejemplo? Entonces se hubieran vertido ríos de tinta en torno a la masacre y redactado toneladas de artículos a fin de aconsejar la mejor manera de combatir el fanatismo y prevenirlo en venideros años. Pero cuanto ocurre fuera del Viejo Continente nos la trae al pairo. El estado de los tiempos presentes no es otro que el de la indiferencia social.

  Claro que mucha de esa indiferencia tiene bastante que ver con el egoísmo, con la individualidad; pero por encima de todo con el nacionalismo. ¡Que levante la mano quien no lo sea! Todos somos nacionalistas, ¡todos!, aunque muchos renieguen de esa condición. Las banderas, los himnos, los límites geográficos, los idiomas, las razas, las creencias, no hacen otra cosa que afianzar la máxima de las divisiones en la superficie de un planeta tan ridículo en tamaño como una canica, y sin parar de dar vueltas alrededor de una estrella relativamente pequeña. Pero al propio tiempo proclamamos la máxima de la globalización, lo cual es un contrasentido colosal.

  Una mayoría nos sentimos españoles por encima de todo. En determinadas zonas de España, algunos de sus habitantes se consideran catalanes, o vascos, incluso gallegos por delante de otras opciones. En Castilla y León una gran mayoría se siente de ese extenso territorio, pero muchos ciudadanos de León se creen leoneses y punto. En El Bierzo muchos se proclaman bercianos por encima de leoneses. Otros incluso se sienten gallegos. Algunos de mis vecinos y yo nos consideramos villafranquinos, y sin embargo, un buen puñado se sentirán más vinculados con León o incluso Valdeorras que con Ponferrada. En Villafranca muchos paisanos estarán orgullosos de vivir en La calle de Arén, o tener su cuna en la Calle del Agua, ignorando a los habitantes del Otro Lado o La Cábila, mientras algunos de estos moradores mirarán con ojos desconfiados a los de más allá del Río Burbia.

   El atentado en un parque de la ciudad de Lahore, ocupado a esas horas por muchos niños y padres, lo cual lo hace más execrable, y que buscaba hacer daño al grupo de cristianos (10 muertos, aunque los otros 62 también eran seres humanos, ¡dichosos distingos!), hubiera sido terrible en el corazón de Europa, y más de haber ocurrido en España, aunque seguro no hubiera tenido la misma repercusión de producirse en Madrid, en la Puerta del Sol, por decir un lugar, a perpetrarse en Carrión de los Condes; como tampoco sería lo mismo en Ponferrada que en Villafranca, ni hubiera tenido la misma intensidad condenatoria si un hipotético artefacto hubiera explosionado en plena Plaza Mayor o en la calle del Mazo. Y perdón por utilizar los nombres reales con toda alegría, es lo que tiene ser nacionalista.

martes, 15 de marzo de 2016

CREDIBILIDAD

Una de las virtudes indispensable que debe adornar a cualquier político es la credibilidad. Si el gobernante o dirigente de marras ha perdido esa capacidad de ser creíble, tarde o temprano pasará a ser un político amortizado. Podrá ganar elecciones, dirigir un partido y hasta caer en gracia, faltaría más; pero los anales de la historia dejarán al descubierto la impostura del personaje.

  Hace 4 días era investigado/imputado por 6 delitos el líder de los socialistas sr. Gómez Besteiro, delitos -correspondientes a su etapa de presidente de la Diputación de Lugo- que se unen a una anterior imputación en el Caso Garañón -4 delitos más- cuando era concejal en el ayuntamiento lucense. Quien iba a ser aspirante a la presidencia de la Xunta en los próximos comicios, ha renunciado; sin embargo, se mantiene al frente del PSOE gallego. Una dimisión a medias que no hace otra cosa que dañar la credibilidad del Partido. Se dice que es una persona de máxima confianza del sr. Sánchez y que por eso no es tan rotundo como lo fue con el sr. Gómez -a día de hoy no está siendo investigado- en Madrid. Cada día que el líder gallego pase sin dimitir, irá horadando la tan cacareada transparencia, de manera que la credibilidad del partido aspirante a dirigir España será la misma que tiene el PP de Génova 13: muy poca.

  Es cierto que el Código Ético del PSOE solo contempla la dimisión cuando se abre juicio oral, y que en Andalucía estuvieron diligentes para apartar a los expresidentes sres. Chaves y Griñán, además de otros mandatarios que ya no están; pero mantenerlo como secretario general de los socialistas es insostenible. Debe irse de inmediato, nombrar un secretario en funciones, y si suena la flauta y el sr. Gómez Besteiro es absuelto, devolverle a la cúspide de los gallegos. De lo contrario, el sr. Sánchez no podrá pedir medidas contundentes al PP por la corrupción que les persigue de continuo.

  La corrupción ha existido siempre, y se mantendrá en el tiempo, sin duda, pues es algo consustancial al ser humano. No obstante existe el concepto de la ejemplaridad. Deben de ponerse todos los controles habidos y por haber para minimizarla, persiguiéndola sin desmayo y con contundencia. En pleno siglo XXI no es de recibo que se ampare a los corruptos con escusas o eufemismos como los miedos al porvenir, a las decisiones de los poderes fácticos, esperar a que decidan los juzgados (la responsabilidad política existe siempre), o que el implicado ya no ostenta cargo público. Hacer eso es un ejemplo nocivo  para toda la sociedad.

  Por cierto: no estaría de más que Podemos aclarara con contundencia y con documentos en la mano, su entredicha financiación. Como tampoco sobraría una rueda de prensa de la nº 3 de C´s en la Asamblea de Madrid, la sra. Eva Borox, para explicar el carácter de su relación con el sr. Marjaliza (Púnica). Eso sería transparencia, lo contrario son paños calientes.

jueves, 10 de marzo de 2016

VERGONZANTE

  "Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros". La frase corresponde al inolvidable Groucho Marx, y bien puede aplicarse a nuestra decadente UE, una nueva especie de sociedad mercantil con derecho de admisión. Los países que integran la Unión han llegado a un acuerdo con las autoridades de Ankara para expulsar, o si se prefiere, reubicar, a todos los migrantes en Turquía, a cambio de un suplemento de 3 mil millones de euros y a estrechar lazos para su integración, apelando a que es un país fiable y seguro. Da risa. De risa sino fuera porque Turquía es geoestratégicamente indispensable para la UE.

  Hace unos meses los socios de la Unión llegaron al acuerdo de acoger en torno a 160000 refugiados según la capacidad de cada estado miembro. A día de hoy los beneficiados no llegan a 5000. Las leyes comunitarias y la Convención de Ginebra prohíben la expulsión colectiva. Acnur, Amnistía Internacional, el Consejo General de la Abogacía Española, Médicos sin Fronteras y otras ONGs, denuncian esta especie de privatización de la miseria, para que un país como Turquía gestione con el goloso dinero del Continente la deshumanización global. Los "bienintencionados" occidentales nos lavamos las manos y permanecemos calentitos y conmiserativos en nuestras casas, pues al fin otros se van a ocupar de esos desgraciados a un módico precio.

  Lo que produce sonrojo es ver cómo el Grupo Socialista de la Eurocámara -a excepción del español- vota al alimón y por unanimidad junto al Grupo Popular. Decisiones como esta de desviar a los refugiados, son las que hacen que quienes son socialistas de corazón se vuelvan desafectos, de ahí el poco poder que hoy ostenta la izquierda moderada y que seguramente irá perdiendo con posturas como esta.

  Los partidos de ámbito nacional: PSOE, Podemos, C´s y UP han reclamado al sr. Rajoy que acuda al Congreso para debatir sobre el asunto. Nuestro presidente en funciones alega que al estar en interinidad no tiene que rendir cuentas, y a cambio envía a un secretario de estado. Lamentable. El sr. Rajoy parece no ser consciente de que actitudes como su desplante ayudan un poquito más a que nadie quiera pactar con él.

martes, 8 de marzo de 2016

El fiel de la balanza

  Uno de los problemas más acuciante pendiente de resolución es el de la Justicia. España es uno de los países que más litiga, y por ello debería dotarse a la Judicatura con los medios y recursos indispensables para hacer eficiente su cometido. Muy al contrario, en la última legislatura, el PP optó por reducir en más de 1000 los jueces sustitutos que reforzaban los distintos juzgados y tribunales, además de no ampliar el número de estos, insuficiente a todas luces. De la Justicia se ha dicho, no sin razón, que es lenta, lo cual propicia que a veces deje de serlo. A fin de abordar la agilidad y toma de resoluciones en plazo razonable, en la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, el tiempo para investigar causas complejas o farragosas, queda reducido a 18 meses con posibilidad de ampliación a 18 más. Una gran mayoría de jueces y magistrados no están de acuerdo con la medida, por la sencilla razón de que es materialmente imposible cerrar investigaciones donde puede haber recursos, recusaciones, comisiones rogatorias que se pueden demorar si no hay voluntad de cooperación, escuchas telefónicas que requieren muchos días de paciencia y el permiso del pertinente juez; sin olvidar que en nuestra Constitución, la Justicia quedó consagrada como garantista, y así debe ser. Por tanto, si el Gobierno en funciones tiene a prácticamente la totalidad de la Judicatura en pie de guerra por este asunto, solo cabe ser mal pensado y deslizar la hipótesis de que, muy al contrario de sus declaraciones de sacar las leyes más transparentes de toda la democracia, parece como si trataran de entorpecer la acción de la justicia en asuntos de corrupción que salen día sí día también. Con la actual Ley de Enjuiciamiento Criminal, es difícil de imaginar la realidad de macrocausas como Gürtel, Papeles de Bárcenas, Eres de Andalucía o caso Pujol.


   La realidad de la mayoría de los juzgados españoles no difiere en demasía a esta imagen; y si alguien es escéptico, le invito a visitar cualquiera. La Justicia, a pesar de algunos avances, sigue trabajando con legajos, escaso personal (auxiliares, secretarios, jueces) y con la sensación de estar valorados muy por debajo de su justa medida. España es hoy uno de los países con menos jueces (no llega a 5000), teniendo que llevar a un tiempo causas complejas y otras más sencillas que nada tienen que ver.

Lo más lacerante es que no generamos los medios suficientes para modernizarla de una vez por todas, por la sencilla razón de que España, sumida como está en el actual Modelo Productivo, de volatilidad y temporalidades, con escaso valor añadido del producto final, no genera el capital suficiente para dotar a la dama de la espada y la balanza con los medios suficientes; claro está que tampoco a las pensiones, sanidad, etc.

  Para pasmo de los ciudadanos de a pie, la cúpula del PP y nuestro Gobierno en Funciones, dijeron que recuperarían las 1000 plazas de Jueces Sustitutos, y que ahora se descubren muchos más casos de corrupción que nunca gracias a sus medidas. ¿Es que en las dos últimas legislaturas del sr. Felipe González no se destapaban casos de corrupción casi a diario, como ahora?

  Despoliticemos de una vez la Justicia, dejemos que trabaje sin intromisión, sin meterle prisa; pero, por favor, dotémosla de los recursos y personal adecuado y mimémosla. Lo contrario es la injusticia.


Las preguntas de la semana

  ¿Por qué nuestros sesudos políticos -de un color u otro, y lo resalto-, cuando están en la Oposición, tienen la fea costumbre de poner rep...