martes, 15 de marzo de 2016

CREDIBILIDAD

Una de las virtudes indispensable que debe adornar a cualquier político es la credibilidad. Si el gobernante o dirigente de marras ha perdido esa capacidad de ser creíble, tarde o temprano pasará a ser un político amortizado. Podrá ganar elecciones, dirigir un partido y hasta caer en gracia, faltaría más; pero los anales de la historia dejarán al descubierto la impostura del personaje.

  Hace 4 días era investigado/imputado por 6 delitos el líder de los socialistas sr. Gómez Besteiro, delitos -correspondientes a su etapa de presidente de la Diputación de Lugo- que se unen a una anterior imputación en el Caso Garañón -4 delitos más- cuando era concejal en el ayuntamiento lucense. Quien iba a ser aspirante a la presidencia de la Xunta en los próximos comicios, ha renunciado; sin embargo, se mantiene al frente del PSOE gallego. Una dimisión a medias que no hace otra cosa que dañar la credibilidad del Partido. Se dice que es una persona de máxima confianza del sr. Sánchez y que por eso no es tan rotundo como lo fue con el sr. Gómez -a día de hoy no está siendo investigado- en Madrid. Cada día que el líder gallego pase sin dimitir, irá horadando la tan cacareada transparencia, de manera que la credibilidad del partido aspirante a dirigir España será la misma que tiene el PP de Génova 13: muy poca.

  Es cierto que el Código Ético del PSOE solo contempla la dimisión cuando se abre juicio oral, y que en Andalucía estuvieron diligentes para apartar a los expresidentes sres. Chaves y Griñán, además de otros mandatarios que ya no están; pero mantenerlo como secretario general de los socialistas es insostenible. Debe irse de inmediato, nombrar un secretario en funciones, y si suena la flauta y el sr. Gómez Besteiro es absuelto, devolverle a la cúspide de los gallegos. De lo contrario, el sr. Sánchez no podrá pedir medidas contundentes al PP por la corrupción que les persigue de continuo.

  La corrupción ha existido siempre, y se mantendrá en el tiempo, sin duda, pues es algo consustancial al ser humano. No obstante existe el concepto de la ejemplaridad. Deben de ponerse todos los controles habidos y por haber para minimizarla, persiguiéndola sin desmayo y con contundencia. En pleno siglo XXI no es de recibo que se ampare a los corruptos con escusas o eufemismos como los miedos al porvenir, a las decisiones de los poderes fácticos, esperar a que decidan los juzgados (la responsabilidad política existe siempre), o que el implicado ya no ostenta cargo público. Hacer eso es un ejemplo nocivo  para toda la sociedad.

  Por cierto: no estaría de más que Podemos aclarara con contundencia y con documentos en la mano, su entredicha financiación. Como tampoco sobraría una rueda de prensa de la nº 3 de C´s en la Asamblea de Madrid, la sra. Eva Borox, para explicar el carácter de su relación con el sr. Marjaliza (Púnica). Eso sería transparencia, lo contrario son paños calientes.

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