martes, 1 de marzo de 2022

Protagonista del mes

 
Cuando el 4 de mayo pasado la Sra. Díaz Ayuso arrasa en las elecciones madrileñas, el Sr. Casado estaba muy lejos de imaginar que apenas nueves meses más tarde (lo que dura un embarazo), la mujer a la que él había elegido para el cargo de presidenta, le iba a convertir en el protagonista indeseado de febrero.

  Claro que entre aquel día de primavera y el pasado día 16, han pasado muchas cosas, pero realmente hay una fecha que marca el antes, el después, el antes, el después..., la del 21 de octubre de 2020 con su discurso en la Moción de Censura presentada por Vox. Aquel día, el palentino ofrece su discurso más vibrante y emotivo a favor de los valores democráticos, pretendiendo centrar al PP, situándolo en la moderación y en una visión de Estado de largo alcance. Aparentemente sirve para romper con la ultraderecha representada por el Sr. Abascal, y por cierto: es vitoreado por toda la bancada popular. Desde entonces, ni dos años han transcurrido, la indefinición de su línea ideológica, a veces distante de la ultraderecha (Dr. Jekyll), en otras próxima, mimetizándose en no pocas ocasiones con ella (Mr. Hyde), le ha penalizado y de qué manera, dando alas a su máximo competidor por la derecha, hasta poner en tela de juicio la supremacía en dicho espectro ideológico. Ese es en mi opinión su más grave error desde que asumiera el liderazgo de los populares en el verano de 2018.


  
  Otro de los grandes estorbos ha sido no saber rodearse de un equipo de confianza más sólido y eficaz, con bandazos incluidos, como el de elegir para la portavocía en el Congreso a la Sra. Álvarez de Toledo en un primer momento, o por encima de cualquier otra decisión, haber depositado su confianza en el Sr. García Egea para llevar las riendas organizativas del Partido, un desatino de calado. 

  El resto del cronograma de una muerte anunciada, se precipita con la sucesión de despropósitos encadenados durante el pasado mes, y que tienen su momento álgido con la información en El Confidencial y El Mundo sobre el presunto espionaje a la dirigente madrileña, suerte de verso suelto a mayor gloria de la Sra Aguirre, que, como ella, jamás se someterá a las directrices de la dirección nacional. La jugada siniestra del Sr. Rodríguez filtrando supuestamente el episodio del espionaje, ha terminado, parece ser, por "decapitar" al Sr. Casado, por cierto, con un ensañamiento por parte de la mayoría de sus correligionarios que genera espanto. 

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