jueves, 12 de enero de 2017

Llueve sobre mojado

  A tenor de cómo se siguen desarrollando los acontecimientos, no cabe ninguna duda de que el PP, y/o tal vez el sr. Rajoy, siguen sin entender lo que supone la responsabilidad política y sus consecuencias. Hace casi 14 años, en 2003, tenía lugar el desgraciado accidente del Yak-42 en el que perdieron la vida 62 militares españoles en suelo turco cuando regresaban a Zaragoza desde Afganistán. El Consejo de Estado acaba de sacar a la luz su informe al respecto, y las conclusiones pasan por responsabilizar al ministerio de Defensa de la desgracia. El Consejo de Estado no valora las responsabilidades penales o civiles, no le competen, pero sí lo hace de manera concluyente para señalar políticamente al sr. Trillo, el entonces titular del Ministerio.
   Siendo esto así, y por decencia, además de respeto a los familiares de las víctimas de aquel accidente, al sr. Trillo no se le debería de premiar con ningún cargo político de importancia una vez cese como embajador en Londres. Que la justicia no lo haya condenado, como tampoco llegó a condenar a la sra. Mato (de momento), al sr. Fernández Díaz o a la desaparecida sra. Barberá, no lo exime de sus obligaciones políticas. Y es aquí donde el PP no sabe diferenciar entre unas responsabilidades y otras, de manera que sus más altos cargos entienden que mientras no hay condena judicial no hay responsabilidad política, o eso dan a entender.

  El actual Vicesecretario General de organización del PP, el zamorano Martínez Maíllo, bromeaba diciendo al respecto de la ubicación futura del sr. Trillo si no deberían de exiliarlo o algo parecido. Pues no, no se trata de algo tan drástico, se trata simplemente de que no ocupe ningún cargo de relevancia (paradojas de la vida aspira a ocupar plaza en el Consejo de Estado que acaba de señalarlo), que se vaya a su casa y punto. Pero no habrá espacio para la decencia, porque su amigo el sr. Rajoy (nuestro presidente desconocía la resolución del Consejo de Estado) no ayudará a que a su excompañero de gabinete se le deje a la intemperie, permitiendo que tome posesión como uno más de los consejeros de Estado, pues esa y no otra es su pretensión.

  Lo de la sra. De Cospedal, anunciando a los familiares de las víctimas su intención de profundizar en lo relativo al contrato del avión y la póliza -bienvenida sea una mirada más humana después de casi 14 años de ninguneo a las víctimas-, es un cambio radical y deja en entredicho al sr. Trillo, aunque me temo que se quede en un brindis al sol, más cuando ha anunciado su intención de rescatarlos (contrato y póliza) por tierra, mar y aire, ¿Cuando apela a su rescate, no es posible que ambos se hayan hecho desaparecer?, vamos, digo yo.

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