miércoles, 17 de febrero de 2016

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

  España es como Alicia en el país de las maravillas. creen algunos. Se pretende hacer todo cuanto haga falta para conseguir el Poder sin que nuestros representantes, más unos que otros, se percaten de que el verdadero poder, el económico, hace tiempo que no está en sus manos, en el mejor de los casos ellos solo serán los capataces de la UE. Pero, ¿qué tendrá el poder que todos lo desean? Veamos:

  Tenemos a un presidente en funciones que dijo la noche de las elecciones del 20D que haría lo indecible para formar gobierno. Pasó la cuarentena sin sentarse con nadie a hablar, a pesar de su agenda vacía, renunciando ante el Rey a una posible investidura porque iba a darse el batacazo en el Congreso. Cuando S.M. encarga al sr. Sánchez la responsabilidad de formar gobierno, el sr. Rajoy le apremia para acelerar la fecha de investidura, y hasta llama al sr. Rivera para tratar de llegar a algún acuerdo in extremis. El sr. Sánchez dijo tras las elecciones que los votantes de izquierda no entenderían un desencuentro entre el PSOE y Podemos, sabiendo que los líderes autonómicos no quieren saber nada de gobiernos coaligados con las huestes del sr. Iglesias. El sr. Iglesias impone un gobierno ya cocinado y una hoja de ruta alternativa al sr. Sánchez con "líneas rojas", como el referéndum en Cataluña o incrementar el gasto público en 96 mil millones de euros en los próximos 4 años cuando sabe que la UE no lo iba a consentir. El sr. Rivera ha dicho que el sr. Rajoy está incapacitado para combatir la corrupción y ser quien comande la regeneración democrática, pero al mismo tiempo aboga por un entendimiento entre PP, PSOE y C's. El PSOE propone que la ubicación de Podemos en el Congreso ocupe el gallinero y los tres partidos del "sistema" lo aprueban, con la pataleta del partido "antisistema" y la posterior rectificación por parte de la Mesa del Congreso. Podemos promete en campaña a sus socios de En Marea, Compromís y En Comú Podem, grupos propios en el Congreso, cuando sabía que no lo autorizaba el reglamento. El sr. Rivera no quiere saber nada de posibles pactos donde esté el sr. Iglesias, El sr. Iglesias ídem de lienzo. Al sr. Rajoy le preguntan por la investigación o imputación de su partido a nivel nacional por el asunto de los discos duros del sr. Bárcenas y él dice no saber si es o no cierto. También dice que no va a pasar ni una más, pero blinda a la sra. Barberá colocándola en la Mesa Permanente del Senado ante unas hipotéticas nuevas elecciones. El portavoz del PP en el Congreso, el sr. Rafael Hernando, dice que un gobierno sin su partido traerá pobreza, miseria y corrupción, ¡ver para creer! Los partidos que no quieren que vuelva a gobernar el PP, casi todos, no son conscientes de que tienen la mayoría absoluta en el Senado -esa cámara que pensábamos que no servía para nada-, y con ella la capacidad de vetar cualquier acuerdo de calado que no les agrade. Tampoco parecen ser conscientes de que si llega esa hipotética coalición sin el PP, Europa les espera para ponerles nuevos deberes, el primero de ellos un recorte adicional de 10 mil millones, ya que el último presupuesto del PP no les cuadra; y eso en el mejor de los casos, pues no es descartable un desvío mayor cuando se hiciera ese improbable traspaso de poderes. El sr. Rajoy sigue confiando en su máxima que es la misma de Penélope mientras tejía y destejía, o sea: la de esperar. Esperar a que el sr. Sánchez fracase e intentar de nuevo un acuerdo que parece cada vez más alejado, por la sencilla razón de que nadie sabe cuántos casos más de corrupción pueden estallar, además de que el horizonte del PP en los dos próximos años va a ser el de su día a día judicial. Un gobierno, sea del color que sea, todos lo saben, tiene los meses contados, salvo milagro. Pero, todos quieren el Poder, algo por otra parte legítimo, que debiera no cegar a cada uno de los líderes. Los sres. Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera saben de sobra que no está en sus manos cambiar ni el ritmo económico, ni las directrices maestras, eso solo compete a Bruselas, y mucho menos teniendo en cuenta que, por lo visto, España quieren que sea una nación de camareros -con todo mi respeto para un gremio tan sufrido-, de turismo a lo bestia hasta que el cuerpo aguante, y cuando vengan mal dadas, como al derrumbarse la construcción, pues ya veremos; es lo que tiene un país con un MODELO PRODUCTIVO equivocado e insostenible en el largo plazo. Pero esto parece que nuestros políticos no lo contemplan, de manera que bajando del 17% de paro (el estructural) ya será un éxito, sin tener en cuenta que en torno a un 20% de empleados lo son temporales y/o a tiempo parcial, además de que hoy ser mileurista es algo parecido a darse con un canto en los dientes.

  El único en la Izquierda que sí parece haber entendido que las guerras no se pueden hacer individualmente por el apabullante triunfo de la globalización, es el denostado sr. Varoufakis, consecuente dimitiendo al no poder implementar el programa electoral de Syriza en Grecia. El antiguo Ministro de Finanzas está sondeando la creación de una plataforma de izquierdas europea que tenga peso e influencia de verdad, y que al fin tenga posibilidades reales de cambiar el curso del tiempo económico en la UE. El sr. Varoufakis ya advirtió a Podemos de la imposibilidad de ejecutar algunas de sus medidas económicas con coste real porque la UE no está por la labor, <<Podemos no sabe todavía quién es la Troika.>> A los ciudadanos hay que decirles la verdad en cada momento, pues las mentiras solo llevan a la frustración.

  Mientras no hay acuerdos definitivos o suficientes, este teatrillo de nuestros representantes sigue como si viviéramos lo mismo que Alicia, cuando tal vez, esperemos que no, estamos acercándonos a una nueva pesadilla económica.

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